El avance de la tecnología es constante y, con ello, los consumidores esperan que los servicios y productos que adquieran estén a la altura de sus expectativas.
Entre los grandes retos que atraviesa el sector microfinanciero, la transformación digital es, sin duda, uno de los más trascendentes, y es que viene obligada por la necesidad de mejorar la eficiencia y rentabilidad de las microfinancieras.
La digitalización aporta diferentes beneficios a empresas y usuarios, según el Banco Mundial: “Los países con sistemas financieros más profundos y desarrollados logran un mayor crecimiento económico y disminuyen más rápidamente la pobreza y la desigualdad de ingresos”.
El onboarding digital es la puerta de entrada hacia el sistema financiero, pues gracias a las nuevas tecnologías y soluciones innovadoras, facilita la identificación del consumidor de forma remota, con seguridad, agilidad, e incluso a un menor costo que con un onboarding tradicional y presencial.
Sin embargo, el onboarding digital se enfrenta a distintos retos, uno de ellos es impulsar experiencias sin contacto, reduciendo la presencialidad y garantizando que tendrán un resultado final efectivo, seguro y en muy corto tiempo.
La tecnología juega un papel fundamental en las empresas, tanto así que, a consecuencia de la pandemia por Covid-19, la brecha entre las compañías que seguían utilizando procesos y tecnologías dependientes de activos físicos y las que ya llevaban camino en la digitalización de procesos, fue más evidente.
La inclusión financiera busca el bienestar de la población por medio del acceso de productos y servicios financieros, trayendo cómo beneficios el crecimiento económico y reducción de la pobreza.
La orquestación de procesos consiste en dirigir y coordinar las interacciones de las diferentes operaciones por medio de las respuestas para evaluar y solicitar el siguiente conjunto de operaciones.
